Madre mía que habitas una estrella;
pero estás presente en mi vida en forma perdurable
Recuerdo cuando tus brazos me enlazaban
con tu fragancia de lirios y violetas,
y tu mirada con devoción de amor insuperable…
Me rebelaste los secretos de la vida
y la meta ha recorrer,
para conquistar con empuje
el pasar por la existencia.
Tu vigor fue un logro estricto induciendo apego a conductas heroicas.
Tu ternura filial no tuvo límites.
Siempre estas, aún hoy en los momentos aciagos;
cuando la demanda o infortunio me agita.
Madre vial, de corazón inmensurable y personalidad arrolladora.
Eres el resguardo, protección y custodia
de mi alma que siempre te recuerda.
Con sonrisa plena, tus canciones, tu voz jovial y ternura
Inundabas los corazones
de quienes te escoltábamos…
Eras como una brisa penetrando los rincones,
asistiendo a los que te necesitaban,
Con la palabra, el consuelo o el abrazo justo,
de tu intenso estigma sentimental, que envolvías a quienes te rodeábamos…
Hoy estalla en mis ojos tu recuerdo sagrado,
Junto al dorado cielo del inmenso infinito… Mecha Foderé