Llorar por un desamor es lo más agrio que hay en la vida.
Apuñala el corazón, desangra el alma, corrompe la mente,
y las manos quieren ensuciarse de venganza.
Es como una habitación saturada de vivientes
Queriendo tener su propio espacio,
pero colapsan y quieren salir Corriendo, estallar.
Enfermizo sentimiento, duro de conllevar,
Por muchas copas que se tome
No se podrá sanar, esa herida es tan grave
Que ni si quiera los buenos recuerdos podrán.
Me entregué con el alma, me entregué con mi mente,
Y sólo una vez en la vida éstos dos se unen para amar.
Pero tú lo destrozaste todo, duele todo.
No puedo seguir viéndote, no puedo seguir escuchándote
Cada letra que sale de tus manos, de tu boca, son
Espinas, como aquella que soportó el salvador.
Naira Killa.