Tu alma está encimismada a la mía
como esas estrellas
que pegadas al cielo,
parecen una aglomeración
de estelas raudas y precisas,
y sumergida en el aura
de mis entrañas...te sometes,
mujer mía de los
pasadizos inquietantes,
inmensas pasarelas
de árboles añiles e indelebles...
Fluctuas, cual una variable
pendular que semeja
a los vientos de tus nortes,
entonces me eternizan
tus distancias, valederas,
perspicaces, obsecuentes...
Porque desnuda, y aún
vestida de mi propia
desnudez,
callas y otorgas,
llegas y te vas,
entre fugas de algún concierto
inconcluso,
de algún allanamiento
frustrado,
de algún beso cereza
entre marcas insolubles.
Y es tu alma, que asida a la mía,
en un acto desesperado
de glosarios incompletos,
atrapa mis fugaces
rondas, cuando
mi sur desesperado
extraña esos pasadizos
inquietantes...
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!