Vagabundo
Vagaba yo por las calles del hambre y la miseria
soñaba algún día salir de esta marcha tan sedienta,
hablaba, yo saludaba a las gentes con paciencia
pero ellos no respondían, era un hombre sin decencia.
Cada tarde me pegaban sin pensar en la dolencia
me tiraban las monedas e insultaban mi vivencia,
todos, todos se reían, se burlaban de mi esencia
y yo bien los perdonaba, ellos viven sin conciencia.
Pero un día al despertar todo era de excelencia
no había hambre ni miseria, no habían guerras ni violencia,
mis pies rotos por las piedras ya no eran tan sangrientos
porque ahora me encontraba más allá, en otra ciencia.
Y mis manos eran sanas y cambiaba mi apariencia
ya no era maltratado, no sufría de la carencia,
fue la muerte quien llegó y se fue con mi presencia
fue mi vida una indecencia y ahora lloran por mi ausencia.
Jennifer Marie Feliciano Segarra