UNA NOCHE...UNA SOSPECHA

Tú subsistes en tus actos, moras en tus bordes inquietos, eres una conjetura de mis labios en el límite mismo de tus besos; perduras, ya mismo, en el extremo de las ideas, la raspas y con la punta de tus dedos contraes el mundo, lo rozas, le arrancas mil tibiezas, ausencias, caricias reventadas por el cálido hastío de la entrega, ahora sí, insospechada…casi alucinante. Lo que tú tocas es la vida, de tus ojos, sólo de ellos, sale la luz que tus pasos dirige; y es que andas por lo que conoces y sabes, por ello…nada más. Y si acaso una sospecha o un atisbo de duda te acecha, te acosa, lo abandonas todo, lo dejas fuera, con los besos la arremetes desgarrándola toda hasta hacerla sucumbir hecha jirones. No puedes dudar porque nunca te equivocaste más que una vez, una noche, sólo una que te obsesionó una sospecha, una que te gustó siempre, una que repentina quisiste abrazar…