Roza mi piel con tus dedos
y te daré emociones insinuantes,
sensuales tus caricias por mis caminos,
suavemente, como si fuera piano tócame.
Recorre mi cuerpo con dulzura
como si fuera teclas de piano,
con las yemas de tus dedos
inunda de melodías mis valles.
El alma yo te entrego en una nota
de música dulce de mi canto,
sigue en mi piel, con esa sinfonía,
que con tus dedos, provocas en mis labios.
Quiero seguir siendo un instrumento,
donde tú roces tus dedos cada mañana
y ofrecerte bellas melodías,
que brotan de mi cuerpo, al alba.
Rosario Ayllón.
Poetisa - 2009