En cada entrega,
puse toda mi vida
en cada beso,
todo mi sufrir
y lo más hondo,
de mi alma quedó herida,
se tronchó la ilusión
que sembraste en mí.
Y volví a creer,
como cuando era niña,
quise poner en tí,
lo último de mí,
mi última sonrisa,
mi último suspiro
en lo que quedaba,
de la mujer que fuí.
Sé que mi corazón,
no podrá olvidarte,
y la razón me obliga
a alejarme de tí,
nunca debí creerte,
nunca debí entregarte
esos hermosos sueños,
que realidad sentí.
Creí como una loca,
que me pertenecías,
con el mismo amor,
que yo me daba a tí,
quise alcanzar el cielo
entre tus brazos de fuego,
me equivoqué de nuevo,
ya que igual perdí.
No encuentro en nada calma
si tu no estás conmigo,
torrente de mis venas,
aire de mi exitir,
es tan grande el dolor
y amarga esta pena,
que nada esta noche,
amaga mi sufrir.
He comprendido al fin,
que nunca serás mío,
sin tu abrir los labios,
el mensaje recibí,
he perdido otra vez
lo que más he querido,
y recibo una condena
que nunca merecí.
Es en vano en mi vida,
echar la soledad,
me persigue,
cual fiera, ocupando un lugar
siempre está vigilante,
mi fría compañera,
conoce los caminos,
donde irme a buscar.