Son los dÍas de mi vida

Disparo una idea, un pensamiento que nunca llega
Tiro música al cielo para que el me vea
Siento un abrazo, una caricia, solo en mis sueños
Atrapo al sol, bebo del río, juro en voz baja Acuno a la noche, devoro la luna sabiendo que ella tiene en cada cara
Un pedazo de los dos, me abstraigo, me zambullo, en cada nota
Sabiendo que no es fácil.
El balón de los recuerdos viene y va
La memoria de los muertos aquí esta
Y mi vida en sollozos, me abandona
No quiere de cuentos tristes, no me mira
Y en los días más oscuros, soy sumisa
Y en las noches de mendigos, soy la prisa
Que apurada recorriendo los rincones de un desierto
Cabe en cada poro de aquel muerto
Y sabiendo que los días más felices, no pasaron
Y pensando que otra vez podrá pasarme
Mi camino se hace útil, me entretiene
Y los duendes de mi mente, me sostiene
Y las hadas, de colores me dibujan un presente.
Más, si yo supiera amarte de verdad
Hoy seria regocijo, cada instante
Hoy mezclado en el ayer, por cada beso
Me darían mi niñez, todos mis juegos.
Y sellando de alegría cada paso
Te amaría descubriendo, en mi regazo
Canta el niño de tu pecho entre mis brazos
amanece, se sumerge en mis entrañas
La pasión, el desengaño, las miradas
Y tomándome del árbol de la vida
Toco el sol, aquella nube, .
Los que al verme tan sutil, con tanto blanco, Me transportan a la alquimia de algún día, no pasado
Y encantada, por el amor del infinito
Lloro, canto, me regalo aquella flor Empapada de rocío, del esplendor que me embriaga
En cada espacio, en la locura, del vivir En la cordura del existir
Y en un apretujón casi desnudo Me exilio entre su pecho y me dejo y me muero Con los besos que me besan cada día Cada noche, para volver a verte en mis sueños, En el camino tan angosto, que nos pone frente a frente a cada hora,
Que nos deja, que solloza sin sufrir nuestras memorias
Que se olvida, que se va casi desnuda
Que reprende, que maldice, el momento de la muerte
Que muerde los labios, de su boca empobrecida
Que murmura entre su voz casi perdida Y llevándome el recuerdo hacia otra parte
Me descubro nuevamente, como amante!
Y levanto la mirada de mis días, Y sonrío con mis labios de alegría
Y le doy permiso al cielo que me nutra
Del vibrar, de la constante melodía
Y me absorbo, como un hilo que entreteje cada hora En el poro más sublime, en el DIOS, habitante que, en mi, mora.
MARÍA VERÓNICA GARCÍA 24/03/06