Sé que tengo que...

Sé que tengo que sobrevivir al invierno
olvidando que me resbalé, sin querer, en tu vida.
Galopa esta noche por los campos que yo he visto
para cubrir con tus palabras mi cintura de niebla.
Sé que tengo que reponerme al milagro de tus manos
ebrias de viento y veranos repetidos
en olas sin espuma inclinadas, como el dolor.
Humedades que implantan tus caricias rotas,
súplicas de angustias y soledades mundanas.
Sé que tengo que salir de esta guarida oscura
y trepar por las dunas infinitas
que me echó tu corazón.
¡Distante otoño de besos acabados!
Solo tú,
Sólo tú me abandonas
para intentar olvidar
lo que nunca fuimos.