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Categoría: Amor

ROMANCE DEL NIÑO Y EL CRUCIFICADO

"ROMANCE DEL NIÑO Y EL CRUCIFICADO"
Cuando empezaba la luna
con impúbero sonrojo
a bañarse en la laguna
y a perderse en el rastrojo,
mi niño tuvo el antojo
cotidiano de mis cuentos
mientras contaba una a una
de mil ovejillas, cientos.
Debes dormir, niño mío,
cierra, cierra tus ojitos;
sueña con los angelitos
que allá fuera cala el frío
y te puede constipar;
pero...vamos a rezar
a Papá Dios. Y vi a mi hijo
que miraba el Crucifijo
como queriendo llorar.
No podía imaginar
lo que no había ocurido,
ya que siempre se ha dormido
cuando le empiezo a cantar;
pero ahora lo vi temblar
y sus ojos se empañaron
y acabó por preguntar:
"Mamita...mamita mía,
ese Señor que está ahí,
¿por qué lo crucificaron?
¡Mira cómo lo sangraron!
Me da miedo su figura."
Mi pequeño hijito mío:
ese Señor que está ahí,
es Jesús, el Nazareno,
quien, por ser un hombre bueno,
destruyeron su hermosura.
"¿Cómo es eso, mi mamita?
¿Por ser bueno lo mataron?
¿Por amar crucificaron
al amor y no dudaron
en cometer la torpeza...?
...¿porque amó le destrozaron
con espinas la cabeza?
¡Oh, mi mami. Tengo miedo!
¡Deben haber sido fieras!"
No, mi niño. No te hieras
si te digo que fue el hombre.
"...Pero...¡Eso no tiene nombre!"
Sí lo tiene y no te asombre
porque son nuestros pecados.
Hay hombres enamorados
de la maldad y bajeza.
No toleran la belleza,
no soportan la dulzura
y asesinan la ternura
cuando la ternura empieza.
¿Ves la luna platinada?
¿Ves tu llanto, niño mío?
¿Ves la tarde arrebolada
y el purísimo rocío?
Todas, todas esas cosas
y otras doblemente bellas:
el perfume de las flores,
tu sonrisa, las estrellas,
la grandeza de los robles,
son tan sólo digeridas
por los corazones nobles.
Ellos sí que las comprenden.
Ellos sí que las aguantan,
y a sus almas agigantan
mientras que al amor esperan;
pero hay otros que se espantan,
hombres de almas paralíticas,
rastreras, viles, raquíticas,
que no pueden con su carga
y para ellos es amarga
la vida, la fe, la gloria.
¡Ah, son hombres sin historia,
que por no mirar al cielo,
han perdido la memoria!
Pero, mi niño, yo quiero
que...Y mi niño ya dormía.
Un rayo de luna clara
iluminaba su cara
borracha de fantasía.
No. Mi niño no dormía.
Mi niño sólo soñaba
en descolgar de su Cruz
al hombre que en ella estaba.
Yo lo sé, porque a la luz
de la luna platinada,
mi pequeño...sollozaba.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)
Datos del Poema
  • Código: 37912
  • Fecha: 07 de Julio de 2002
  • Categoría: Amor
  • Media: 5
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,904
Datos del Autor
Autor Destacado Nivel: 7
Nombre: Heriberto Bravo Bravo SS.CC
País: MexicoSexo: Masculino
Fecha de alta: 22 de Agosto de 2002
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