Por espíritus de humo y antorchas me dirijo,
siguiendo el ritmo de fuegos fatuos que se han ido,
desde los puntos cardinales de la noche,
por caminos que nunca he comprendido.
Se han llevado del viento la esencia la brújula que dirigía mi vida.
Se han llevado el nítido aroma del aire
y las inacabadas melancolías.
Ya que llego el tiempo de ausencia
ajeno de placer y de esperpento,
tomé las cadenas con fiereza,
con suspiros suplicando al viento.
Que de lejos aún siento,
las plegarias del espectro
que robo de mi alma
el recuerdo de mi nacimiento.
Y desde este lado del universo,
aturullado entre improperios
Te digo con lenta agonía
Que nunca olvides mis besos.
Que te quise como el sol a la mañana,
como la luna a la noche sosegada,
y aún soñando contigo me encuentro
Sabiendo que nunca te me has ido.
Por espíritus de humo y antorchas me dirijo
despierto de mi sueño acontecido,
en la mente de un amor enardecido,
por los siglos de los siglos infinito.