Tu cuerpo y el mío,
entrelazados,
hechando llamaradas de fuego,
dos volcanes que estallan,
y un mismo sentimiento,
dos bocas que se desean,
en el arder de tu cuerpo,
mi boca que se dispara,
y tu la atraes en el encuentro,
cuatro ojos que se aman,
y manos que se resbalan,
acarician,
las siento dentro mío,
los aromas de tu cuerpo,
dejan marcado mi cerebro,
y tus caderas me apretan,
hasta llevarme al paraíso,
al encuentro,
el manantial de tu cuerpo,
y mis ojos se deslizan,
por tus piernas,
hasta llevarme,
a tu tesoro escondido y secreto,
sólo tu cuerpo y el mío,
una sinfonía de amor,
en el paraíso eterno...
LUNAFRIA