Gracias, por tu maravillosa inspiración,
en la que un sueño inolvidable tuviste
de abundante amor, felicidad y pasión
y a la dicha con ternura permitió llevarte
más allá de las estrellas, que en la realidad
sin sincero amor al otro ser no se logra
entregar en verdad, sin ambages ni mezquindad,
por temor a que la verdad que vive descubra
cada uno de tus lamentos, en los que dices
el dolor que a diario atormenta y calor sentía
en las neuronas, ese recuerdo que padeces,
causado por el ser que abandonó sin creses,
en las noches te hace enloquecer y en el día,
gratamente traes al pensamiento a veces.