Sabado noche

Aún recuerdo aquella noche, todo empezó como siempre, un simple juego. Pero como siempre, quien juega con fuego acaba…
Aquella noche estabas juguetón, te apetecía cambiar los papeles. Siempre había sido yo la que jugaba a seducir, aquella noche quisiste seducirme tu a mi con tus palabras.
Te confieso que me pillaste desprevenida, no esperaba que tus palabras fueran … torbellinos entre mis piernas. Esa fue la sensación…
Te gusta dominar, y eso es algo que me gusta. Sabes decir las palabras adecuadas, pero… y si las palabras pudieran convertirse en realidad…??
Veremos a ver como quedaría…
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Solos tú y yo, frente a frente, todo comienza por un beso dulce, apasionado, el primero de una larga lista. De pronto me empujas con fuerza hacia la cama, quieres quitarme la ropa, no me dejo, intento resistir a tu pasión, pero eres más fuerte que yo y consigues coger mis manos, atándolas para que no pueda moverme.
Mi respiración se agita, entre la sorpresa y el placer de verme indefensa ante ti.
Prosigues luchando contra mí, has conseguido quitarme la parte de arriba, pero la parte de abajo te costará un poco más.
Cierro mis piernas fuertemente, inútil intento, forcejeamos de nuevo y de nuevo me ganas, consigues arrancarme la ropa.
Te sonrío maliciosamente, sabes lo que me gusta. Buscas mi boca, me besas, muerdo tus labios, me encanta morderte.
Me dejas tirada en la cama, y comienzas a bajar por mi cuerpo. Te detienes en mi pecho, fuertemente lo estrechas entre tus manos, me haces daño, pero no me quejo, me gusta tu pasión, tu lujuria me excita cada vez mas. Sigues bajando, de nuevo otra parada, recuperas el aliento, me miras y me sonríes, de nuevo bajas abriéndote mis piernas te indico lo que quiero. Sin dudarlo metes tu cabeza entre ellas. Con tu lengua abres mi sexo, húmedo, puedes notar la excitación que me provocas. Juegas con tu lengua, haces que me retuerza de placer, sigo atada, no puedo moverme, no puedo responder a tus caricias.
Necesito sentirte dentro…consigo decirte…
Te sitúas sobre mí, puedo notar tu sexo erecto, lo siento justo en la entrada de mi sexo, un empujoncito hace que entre suavemente solo el principio, me miras a los ojos fijamente, me gusta tu mirada, puedo ver tu deseo, de nuevo entras poquito a poco, siento los latidos de tu corazón, late agitado como el mío, al fin me penetras, mis jadeos te excitan, estás tan dentro de mi como puedes, quiero que empiece el ritmo, pero no, sales de mí y con tu sonrisa maliciosa acercas tu sexo a mi boca.
Sigo con las manos atadas. Imposible moverme.
Abro mis labios para ti, no puedo negarme. Mi lengua recorre tu sexo haciendo que se torne mas dura, mas apetecible. Quiero que me poseas, te pido, no puedo esperar más.
Te sientas sobre la cama, para seguir haciéndome sufrir, pero consigo desatarme, quito las cuerdas de mis manos y me dirijo a ti. Me siento sobre tus piernas, te beso, mis piernas se entrelazan en tu espalda, mi sexo busca el tuyo, mi lengua se vuelve lasciva, te busca, busca tu lengua, toda la pasión se desata ahora. Por un momento el silencio. Te metes dentro de mí, suavemente, solo el principio, pero necesito más, necesito sentirte tan dentro como antes. Despacio, me dices, tumbándome sobre la cama.
Elevas mis piernas, comienza el ritmo pausado, sales y entras, solo el principio, tres, cuatro veces, pero en un ritmo frenético, de un solo golpe te metes dentro, entero, grito de placer, de nuevo el ritmo frenético siento que no puedo más, tus gemidos me excitan, siento que llego a la cumbre del placer, araño tu espalda, dejo las marcas de mis uñas en tu piel a la vez que siento como te derramas.
Me besas, puedo sentir los latidos de tu corazón dentro de mí.
Tus fuerzas flaquean, te echas sobre mi pecho, a mi lado. Quedamos abrazados, desnudos, tumbados sobre la cama.
La próxima vez… en el jacuzzi…