Sé que el amor al menos a la tierra
vino una vez y se marchó enseguida.
Sé que dejó sus huellas como herida
en una Cruz de solitaria sierra.
Y sé que el hombre a aquel Amor se aferra
confiado en que después de su partida,
de acuerdo a su Palabra que da vida,
El sigue con nosotros, pues aterra
pensar que sin la fe, que a su propuesta
se debe de prender, como se prende
el náufrago a una tabla salvadora,
la tierra, el universo entero apesta,
es sólo un muladar de donde pende
el drama de la caja de Pandora.
Heriberto Bravo Bravo ss.cc