Cartas a un amor I

15 de marzo de 2001
Amor:
¡Hola! Sabes, ultimadamente estoy pensando mucho en ti. Por eso te escribo. Pues no he logrado borrar de mí tu recuerdo y todo lo que siento por ti. No estoy loca, bueno, puede ser que si, puede que este loca, pero de amor hacia ti. No olvido, digo no te he olvidado. No te he dejado de sentir. Deberás, lo siento así. No he logrado olvidar tantas cosas, tantas palabras, tantos gestos, tantos lamentos, tantos sentimientos.
Hace dos años casi ya te llamé, para que termináramos lo que empezó como una bella ilusión. Sé de muy buenas fuentes que ese día firme la acta de muerte de lo que sentías por mí. Bueno eso nunca lo creí hasta el día en que me entere, el día que realmente vi por mis propios ojos que ya habías rehecho tu vida. En aquel momento no lo quise creer aunque sabia que lo que estaba viendo era real. Quise creer que era solo un pasatiempo pues yo juraba que no podías tomar a nadie más enserio, que era imposible que me habías dejado de amar. Todas mis mañas no me valieron de nada, al final supiste todos mis golpes esquivar. No solamente perdí con su llegada lo que más quería sino lo mas que atesoraba que eras tu.
Irónica es la vida y algo insulsa a la vez, quien lo pensaría yo ahora sufriendo por que no te tengo. Pero que se va a hacer, así es la vida, te pone murallas a ver si puedes sobre pasarlas. Yo no he podido todavía derribar la muralla del pasado aunque tengo fe en que lo lograré. Todavía sigue ahí todos los momentos que pasamos. Aunque poco en tiempo fueron muchos en los momentos bellos. Aunque para ti ganaron los malos momentos, los malos recuerdos.
Ya esta carta se hace extensa aunque solo sea el principio de una despedida. Todavía me falta terminar de sobre ponerme y de levantarme a lo sufrido. Para poder decir que todo a terminado. No fue ni será un final feliz por lo menos para mí. Aunque sé que si lo es para ti. Te deseo lo mejor como siempre, que seas feliz junto a la que decidiste fuera tu mujer. Espero que ella si sepa luchar por ti y no deje que nada ni nadie se interpongan en lo de ustedes ni siquiera yo.
Vuelvo y te repito que seas feliz y que logres todo lo soñado y anhelado, que se te cumplan todos tus sueños presentes y pasados. Que tu vida este llena de dicha y alegría. Adiós querido y viejo amor pero hasta luego mi amigo de siempre.
Con cariño,
Alondro Del Mar -
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