SALTAS A MI MUNDO

Algunos años la hoja verde

primaveral se vistió con tu hermosura.

La belleza estacional tenía palomas

del cielo planeando tu camisa ardiente.

Rojos pétalos exprimidos fluían lava en tu sangre

y a contraluz fundían gamas de metales.

El verano migró la secreción acuosa de la piel

y bajo pestañas copiosas una lluvia de latidos

reposaron en las cornisas de labios salientes.

Es tu cabello dorado la indómita estructura

desafiando ráfagas que no revelan el tráfago del tiempo.

En el vértigo astral tus ojos son blancas lunas,

reflejo de vagones albos, ensueño de fantasías.

Ligera vertiente de marea intangible y profunda,

mis dedos de barca naufragan los torrentes

abarrotados en los sinuosos pasillos de tus arterias

y bajo el manto de tus pupilas

horizontes oceánicos gota a gota se van desgranando.

Imprevisto relente de imágenes brillan las violetas

mecidas al abanico de tu encanto.

Rastros de tinta emergen los médanos submarinos

como si las sirenas doblaran el arco arenoso de los años

y en los días más raudos cuando caen los parpados fatigados

el mar abre anchas sendas de abras,

extensas longitudes de melenas entre huertos áureos.

Atalayas de montes espigados en la mención de la altura,

de la cima caes con tus sales a mis brazos

como pañoleta dibujada en lienzos deslumbrantes,

criatura gravitante, desde tu boca saltas al mundo de mis labios.

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