El Laurel y la rosa, reflexiones.

Tú que estás meditando has dejado pasar la flor del mundo,
te lamentas del ayer con quejas vanas, aún hay promesas de placer en la mañana,
aún puedes casar la rosa perfumada y hay laureles para tu testa orgullosa,
has gozado de la hora amable y del amor que hechiza.
Hacia el monte van las almas, la vida es bella,
por poseer a perla, a rosa, y a estrella,
canta el mar y se pierde oculto tras los troncos de los pinos,
sentimos la vida pura y real, cuando llega la primavera,
se acaba lo terreno pero nuestras vidas son la espuma del mar eterno,
soñamos con una celeste y mística rosa.
Cojamos la flor del instante, mientras las aves cantan al día,
el amor a su fiesta convida y nos corona, todos tenemos aun
en la hora crepuscular la voz que canta,
coge la flor del instante, cuando nace al alba fragante
que juega y danza como una ninfa.
El tiempo va de prisa, cambia azahares por rosas,
guarda a la musa que apenas envuelta en velos de ilusión
baja de los jardines divinos.
El amor te dora con su virtud, goza el beso de la aurora,
el que ha cogido tarde la flor y aquél que nunca ha sabido
lo que es amar, espera.
He visto en la tierra sangre arder como en cáliz de cristal o de mujer,
en todas partes la que ama se consume como una flor hecha de llama
y de perfume, abrasa esa llama y respira ese perfume que embalsama.
Goza ese bien que nos hechiza, y que después se tornará en polvo,
goza del sol, luz de fuego porque mañana no estarás,
goza de la armonía que invoca, goza del canto, porque un día no lo tendrás.
Aparta el temor que hiela y que restringe, vence al tiempo y al destino,
que algún día se encontrarán el laurel y la rosa,
has de este globo viviente fuerza de acción, energía omnipotente,
el corazón late por la victoria de este vivir, que es de honor y de gloria.
Aunque hay pena y nos agravia el sino adverso, corre en nosotros la savia del universo,
guarda el vibrar de tierra y sol, como el sonido de la mar el caracol,
en nuestras venas va la sal del mar,
a encinas, lauros, y frondas espesas, la vida vierte fuerza de calor,
todos vamos al sol por un camino que busca al amor.
Humberto Reyes H.