En la tempestad de mi aburrimiento,
en mi soledad, con esta agonía,
va pasando el tiempo y escucho el lamento
de tu sombra inerte, lánguida, tan fría.
Entre mis papeles y el crujir del viento,
cuando veo la noche oscura, vacía,
presiento que vienes con tu paso lento,
pero solo llega la melancolía.
Vuelve a ser el mismo, con tu fantasía,
con tu abrazo tierno y ese beso mío.
Me siento muy sola en la cofradía.
Sabes que tu eres lo que más ansío.
Quiero navegar con gran valentía
aunque la marea suba en tu estadía.