Nada es indiferente a las células,
Cada célula contiene un huevo,
Donde se destacan el germen.
Cada poeta tiene un verso que quisiera clonarlo.
Y con todo su cariño cultívalo,
Que algunas de sus fibras se desatan.
Algunas células no tienen huevos,
Como cuando me penetro dentro del verso,
Soy algo confuso, pienso en el amor.
No escribo de amor, escribo tragedia,
Soy alma pensante, quiero escribir terror.
Como el 8 que es muerte,
Y que el 7 es la suerte buena.
Que los gatos negros me dan miedo,
Que culpa tiene el pobre felino.
Quien carajo invento eso.
No tengo rima, soy travieso.
Amo al verso porque es poesía.
Amo a todos porque somos muerte.
Las palabras se pueden cristalizar inconscientes,
Como cada sentimiento interno, que es un miedo.
Es un vértigo con movimiento, una especie de caída oblicua,
Presentando al cerebro sólo imágenes.
Sufrir, en la sienes que se martillan no se,
Si se tocan los resortes más habituales.
Copyright © 2010 Ramiro Álvarez Cedeño.