Contradecido

Entre tú y yo la realidad, llena de falta de sinceridad, de niebla que no me deja ver las cosas con claridad.
Siento temor de esta obsesión que tengo por hacer filosofía sobre el amor.
No me tiento al intento de modelar el sentido del viento. Yo siempre seré en parte lo que siento para que mi alma no se quede sin aliento.
A la nueva y a la antigua, sufro de contradicción. Tiene mucha jurisdicción por mis tierras el corazón, quien atenta con su poder en mi cabeza a la razón.
La reserva de dos plazas en el cielo la conserva a muerte un corazón que se arrastra dolorido a ras del suelo.
Una luz que es tan deslumbrante que me ciega igual que la más profunda oscuridad. Después de besarte otra vez, vuelvo a las curas que hacen daño. Soy un paciente impaciente y tú una señorita decente que me miente.
Conozco un lenguaje que tú solo entiendes, dime si por las avenidas de tu corazón se me considera un caballero. Recuerdo que yo no fuí el primero que desertó del tablero, intento pensar quién fuiste y se me llena el cenicero.
He apostado otra vez para perder y sigo esperando una señal de la que no sé nada.