Yo soy de esos tipos molestos que están en contra de cosas,
de esos que no se creen nada,
de esos malditos escépticos a los que les gusta replicar.
Solemos ser pobres,
solemos mirar a la izquierda,
preferimos una cerveza a champagne,
preferimos un huevo frito a caviar,
estamos medio locos
pero vemos más locos al resto,
somos conscientes de que estamos aquí de paso,
ninguna creencia nos frena o ciega.
Estamos fuera del catálogo de tópicos.
Vemos nuestra propia miseria interior,
y contemplamos la ajena,
también apreciamos ciertas virtudes,
no todo es negro,
pero el mundo nos ofrece muchos motivos de protesta.
Quizás conozcas a algunos de estos especímenes,
tal vez sea un amigo tuyo,
tal vez un familiar,
tal vez te cruces con alguno por la calle.
Si hablas con alguno te hablará de libertad,
de paz,
o royos del estilo.
No hablarán de modas,
no medirán la capacidad de tu bolsillo,
no juzgarán tus pintas
pero si cuestionarán tus pensamientos,
y en el fondo quieren que tú también cuestiones los suyos,
al final la utopía que sueñan resultaría incluso aburrida.
Yo soy de esos tipos molestos que están en contra de cosas,
de esos ideológicamente autosuficientes,
y está bien así,
cada uno de nosotros somos nuestro propio rey.