Amo los ideales cualesquiera que sean. Aunque un individuo esté errado en su totalidad, si tiene un ideal, se lo respeto, mientras no caiga en el pedante fanatismo.
Dios nos hizo a su imagen y semejanza, pero con libertad de expresión, con conceptos abiertos, con lo innato y lo inigualable que tiene desde el nacimiento el ser humano: Su personalidad y sus huellas.
La personalidad define al individuo y lo hace diferente de cualquier otro. Sus huellas lo mismo.
Somos todos diferentes, todos hijos de Dios.
Amo al que lleve sus ideales a lo más alto de la montaña para que a los cuatro vientos lo grite,
Ha llegado el momento de decir lo que sentimos, (Porque todos tenemos los mismos deberes y derechos)
Detesto el fanatismo, obsesion que cae en una cantata ridícula, sin trascendencia. Estos fanáticos caen al final en un Sanatorio Mental, en el reclusorio de su propia inmunodeficiencia.
Los fanáticos son dementes esquizoides que fijan en alguien su retorica a toda hora hasta llegar a la repugnancia.
Sucede esta "Patología" en la rama religiosa, política e interpersonal.
Ven al personaje, o la religión con vehemencia y desatino. Quieren hacer llegar al prójimo su idea repitiendo la prédica constantemente, para al finar solamente lograr que el que escucha, deje de hacerlo, el que lee; deje de leer.