Censura
¡Censuran mi alma por ser sensible!
Y condenan mis sentimientos
como si fuesen transgresión.
Marchitan mi espíritu con gran agravio,
que a veces pienso en abandonar este camino.
Las palabras hirientes no matan,
pero si entristecen el alma en gran manera.
Y cuando estas provienen de alguien
a quien creías conocer,
duelen doblemente
cual daga filosa que traspasa el corazón.
Qué gran sinsabor dejan los desengaños.
Y que dolor más grande causa
la traición de un amigo falso.
¡Censuren mi susceptibilidad
si así lo prefieren!
Y condenen mi cursilería
hasta donde mas no puedan;
que a fin de cuentas yo soy así,
así nací, y así me he de morir.
Sensible de alma, y amiga
de mis verdaderos amigos
hasta que la muerte se apiade de mí.
La luna a veces nos da dos caras,
al igual, que la gente hipócrita y falsa
que apuñala por la espalda.
¡Censuren!
Sigan censurando este corazón sensible,
que al fin de cuentas,
el agravio no es eterno.
Palabras del alma
junio/ 2001
Martha Humphrey
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