Resago de vitores romanos. segunda parte

Salvaje desafiante acerca,
al centro espera diestro torero,
espalda rosa, paso muy cerca,
da giro siniestro al burladero,
quites da para mermar energía
en tarde soleada y bravía
de música gritos y flores, jóvenes y lindas mujeres.
Saltan al ruedo rejoneadores
apean grandes corceles
cubiertos de punteadas nubes
silencian sus ojos negra espesura
agreste ataca, camino acorta,
un rayo de acero su lomo ensarta,
con furia empuja para vencerlos
equilibrio pierden con la cornadura,
avezados muleteros al socorro acuden
evitando desenlace trágico a picador,
gritos entusiastas con sentimiento aplauden
al ver varios hilos vivos de rojo brillador
como volcán despierto borbollones emanan
brazas primorosas por pendiente ruedan,
vuelan angustiadas sin afán ni pena,
¡Cayendo rodeadas en caliente arena!
Acerados garfios con firmeza empuña, retador da ágil cabriola y otro ocupa,
repite a siniestra evitando su pezuña,
veloz centella el objetivo busca
audaz movimiento el furioso lanza
al aire un suspiro y remata la caida,
socios rescatan de muerte inicua
elite circo circunscribe en ascua;
indiferente al dolor comporta
conteniendo al iris clamador
luz ha vuelto a pupila receptor,
arriesgar la vida ya no importa
demostrar que puede con la bestia
y una caída, su valor no cambia,
metálicos rayos la piel penetran,
rompe en palmas, ¡El ámbito resuenan!