He vivido... conciente de las regalìas del excesoÂ
absurdo del dolor sin anestesia,
vivaz con la magia de tus besos,
corrompido por tu cuerpo y tu belleza.
He vivido... con las manos carentes de sentido
y la esbelta silueta del destino,
sin dieresis en las cosas que en un tiempo
vacieron de odio mis instintos.
He vivido... con la exacta abstracciòn de algùn pasado,
ausente, procaz y sumergido,
cobarde de los roles del pecado
valiente donde tu me has elegido.
He vivido... sin paz en las guerras intestinas
de un paìs con mentes sin ideas,
corruptos, amargados, asesinas
de las otras razones sin peleas.
He vivido... floreciente en el marco de tu cuerpo
disìmil en los versos de tu lucero,
con la lentitud de las flores que ya han muerto
y la tierra, que aùn seca, ya no quiero. Â