Me gusta verte dormir, mi amor.
Me gusta sentir tu respiración,
pausada y tranquila
tu cuerpo cálido dando forma a las sábanas
Me gusta alargar la mano
y mover esos mechones rebeldes
que tu pelo alborotado
se empeña en deslizar sobre tu rostro.
Acariciar con cuidado tu mejilla,
apenas rozándola con las yemas de los dedos,
para no interrumpir tu sueño.
Me gusta imaginar esos ojos cálidos color miel
que me enamoraron en cuanto te conocí,
y que ahora descansan plácidamente.
Esos ojos que detenían el tiempo
cuando se posaban en los míos,
mientras nuestras manos se juntaban
y hacíamos que todo a nuestro alrededor desapareciese.
Quiero que el tiempo vuelva a detenerse
otra vez para nosotros y olvidarnos
de todo lo que no seamos tú y yo.
Quiero volver a decirte “te amo”
sin que mis palabras se queden
suspendidas en el aire,
mientras nos cruzábamos
sin apenas tiempo para mirarnos.
Quiero que te sientes a mi lado,
que mis ojos se abandonen a los tuyos
y sentir la suave calidez de tus manos
acariciando las mías.
Quiero susurrarte “te quiero”,
deteniéndome en cada silaba,
disfrutando de cada letra,
intentando que cada sonido pueda llenarse
de todo el amor que me llena el alma.
Quiero que tus ojos brillen al oír mis palabras
y que unas lágrimas se deslicen
lentamente por tus mejillas.
Esas lágrimas que un día te prometí
que serían siempre mías,
que nunca las dejaría derramarse solas.
Me gusta verte dormir, mi amor.