Tu sabes hija,
que oigo siempre tu voz,
aunque no la escuche,
que imagino tu semblante de ternura,
aunque no te vea,
que presiento tu mirar,
que es mi mirar,
y al sentir tu sonrisa,
siento la vida,
que gotea sobre mi alma.
Aunque no me veas a tu lado,
piso cada huella tuya,
sigo cada segundo de tu silencio,
sufro cada gota de tu dolor,
y pienso en tu pensamiento.
Encadenada herencia de mi sangre,
genes de mis pensamientos,
hija de mis anhelos,
paz de mi vida.
Sensación de mi sentimiento,
sobre la tierra,
herencia de mi forma de ser,
sé que continuarás mi sonrisa,
aún cuándo yo no esté.
Mi orgullo se expande a las estrellas,
cuándo te veo andar sola,
caminar con tus ilusiones,
soñar con tus sueños,
imaginar tu vida,
con los sentimientos que,
haya podido transmitirte,
a través de mi voz,
de mis hechos,
a través del viento.
Siempre estás en mi corazón,
nunca lo olvides,
ni lo dudes.