Señora del Vestido Negro

Señora del vestido negro

no necesita sino mi cuerpo

morí cuando me retiré dentro de mí misma.

Gracias,  porque al pensar en usted

ignotos  rastros de pensamientos hostiles

se marcharon  en el tren del olvido

y ya no deseo nada con pasión desmedida.

Usted cortó todos los caminos de la ilusión

y dejó que el olvido fuera la única esperanza.

Señora del vestido negro

mis muertos los llevo dentro de mí

no la creo remedio de todos los males

y son más fecundos y solemnes los días

en que mi pensamiento

se posó sobre usted.

No soy insensata en la creencia

de que nos podemos desligar

porque siempre he marchado a su orilla.

Señora del Vestido Negro

amiga ancestral

¡Tánatos espera infecundo

el regreso del sueño!