Generosamente erótico

Inquieres si es decente lo que digo,
al no declarar frases concupiscentes,
preguntas mientras oprimo los dientes
mordiéndote por debajo del ombligo.
Me ruges al empotrarte el postigo
teniendo tu piernas convalecientes,
sin olvidar que tus manos ardientes
me queman la parte, sin que te obligo.
No dejo ni un resquicio de tu alma,
cual mácula es más el puro erotismo
que impregno con el tacto de mi palma.
Ya cuando estás al borde del abismo
paramos y nos besamos, con calma
indagas, si es decente tanto onanismo.
Autor: Alcibíades Noceda Medina