INTENSO HORIZONTE

Voy por la mar que en silenciosa calma
me invita a la oración, me arroba el alma
y alguien detrás de mí también navega
y reza como yo y adora y ruega.
No lo distingo bien entre la bruma;
pero mi estela sigue y en la espuma
fiel se refleja su fantasma inerte.
¿Será quizás el halo de la muerte?
Sin rumbo voy. Navego a la deriva.
Quién sabe dónde esté la costa esquiva,
pues sólo el horizonte me rodea
que lejos e indeciso parpadea.
Inmenso como el mar el cielo mismo
oculta sus estrellas. Espejismo
de incendio y de voraz enredadera,
mi sueño se desplaza por la esfera
y aquella sombra sigue y me persigue
ornada de pavor, pues lo consigue
y envuelve en desazón a mi alma y llena
de espadas mi razón y la condena.
¿Podré escapar acaso de su asedio?
¿tendrá mi postración algún remedio?
¿Podré lograr al fin alguna playa?
Al paso de la luz quizá se vaya
inmensa, diminuta, fragmentada
y ya mi corazón no sienta nada,
quedando como un pájaro que inerte
escucha los llamados de la muerte.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC