Serán las mañanas.

Serán las mieles del futuro que me digan
cuan más atardecerá en mis destierros,
la marca incólume de esos pasos que instigan
a verme alejado de las cosas que quiero.
Serán los días largos y traviesos
que acogerán mi alma hasta llegar a destino,
la procaz insolencia de algún embeleso
el volcar mis ideas en pareceres distintos.
Serán las mañanas de octubre en mis años
que a este exilio le parecieron distintas,
serán tus esperas y mis tantos desengaños
quienes digan que hoy llegaré hasta tu finca.