El poder que anida en tu alma
Me enamoro sin consuelo,
Por ello hoy mi desvelo,
Al estar tú ausente,
Más de mi ten presente,
Que cada día que vivo,
Lo hago por tú suspiro,
Aquel mi a mi rostro tiraste,
El día que me amaste,
Y sentí tú cuerpo vibrar,
Pues como lo he de olvidar,
Si nunca jamás nadie hizo,
Que este ser solitario,
Se llenara de tanto gozo,
En una noche de invierno,
Cuando los dos como en el averno,
Incendiamos nuestra cama,
Y hoy el frio la sofoca,
Con un hielo maldito,
Por no tener tú cuerpo,
Aquel que ame hasta el infinito.