Sin discreción, censura ni reproche,
somos los elegidos de este mito,
hasta que el pecho gima despacito
y la cima nos complete con su broche.
Placer hallamos de día y por la noche,
desde la hondura hasta el infinito,
rompiendo el silencio en cada grito
en exquisitez lujuria, con derroche.
Amar hasta que Dios nos lo permita
si realmente el alma resucita
querríamos la piel hasta los huesos,
sentir que somos dueños absolutos
del placer, y rendirle los tributos:
morir o enloquecer ebrios de besos.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
....Realmente hermoso!!!!...estoy de acuerdo Noce,hay que darle tributo a los placeres....Bendito gozo ;-) Mis abrazos¡¡¡Feliz Día del Amor!!!