Poema del olvido

¿A quién atribuir nuestros pesares?
¿Existe un ser que nos salve del olvido?
Toda la vida el corazón cautivo
de un porvenir libre de avatares.
Acaso haber trajinado los altares
de un dios interior nos libre del destino
de tristes días de angustia y desatino
en que la suerte huye a otros lares.
¿Quién puede persuadir la humana creencia
de que nos depara aún la providencia
inacabables auroras venturosas?
Y desandar la pálida certeza
que consume la vida con presteza
y marchita lo que hoy son rosas.
Nadia Estelaniz