Rumor suave que atrapa el de tus besos,
una campana de cristal tu risa,
de tanto repetirse, son excesos,
transitando con liviandad la brisa.
Ofreciendo tu flor, enamorada,
te entregas ya, sin límites ni prisas,
me tienes atrapado en tu redada,
en este etéreo mundo de sonrisas.
Me cautivas, trastornas, me enloqueces,
son tus pechos la cuna de mis labios
tus entrañas, el nido de mi sexo.
Dejo que cuanto quieras, tú te expreses,
no hay entre nos, lugar para resabios,
sólo el deleite al fin, de nuestro nexo.
® Susana Valenzuela
03-07-11