Encerrado por la opresión de los caprichos,
De un enfermo nacional socialismo,
Deslindado de su razón y origen mismo
Por afanes y deseos de hombres locos.
Solo por el hecho de ser un judío,
Me vulneran mi derecho a vivir,
Mi opción a con mis ideas disentir,
Con mi alma ardiendo en el infundio.
Miraba por la ventana como saqueaban,
Las casas de la gente y los negocios,
Se vivía un prefacio del infierno.
Muy lejos en un tren nos deportaran,
Con lágrimas de sufrimiento en los ojos,
Por no saber el destino de este camino.