Quise oculta en la sombra mi silencio,
pero mostré el coraje que no tengo.
Mis dedos me traicionan. En suplicio
y en llanto, redacta en letras mi letargo.
Ante ti tengo la lealtad de un espejo,
sin ocultamiento cobarde digo; te amo.
Ya no cabe en mi corazón este manojo
de amor. Con letras ya no me conformo.
Pregunto; ¿tus brazos serán para mi sueño?
Lo lindo, es que me oye sin indiferencia,
pero me afecta y me alucina la distancia.
Diré otro secreto más oscuro y risueño,
oscuro por lo desleal, que sin conocerte,
te quiero, como talvez, Dios ha de verte.