Enredados, en el aire!.
Desperté, sobre las sedas de tu almohada O tal vez, era el cielo!. En sus nubes, tendiendo sus alas….
Dejando que mis cabellos se soltaran, en su rincón tan azul…
Volé con mi sonrisa….
Que desbordada, reflejo en tu cara, una luz….
Aquí, en este instante, mis ojos te acarician
Mi pecho te canta, mis dedos, se desplazan…
Al quitarme como un velo, mi atuendo de tul!.
Y tú, callas, nada dices…
Mientras tu fuego arde, golpea, se hunde en mí, como una braza
Mirándome, te desplomas, hundes tus labios ladinos
Tus manos, un remolino
Urgiendo al calor de mi boca!.
Las estrellas titilan, al compas de un laúd…
Un destello de luna, ilumina, a contraluz!.
Muy despacio te inclinas…
Como un aquilón!.Te acercas, y quitas de mi cuerpo, su ropa!.
En esta noche!..Sin mesura, la ternura, la locura, Como un rayo de sol…
Beben, de nuestra copa , al Amor!.
María Verónica García