Como la roca, cambiante en sus formas
recorro tus cambios, cada día de mi vida,
sin tratar de hacerle alguna reforma
sabiendo que pierdes algo que tenías,
y cada noche el cielo me pide
esas estrellas que bajar no podías
las he devuelto como quien se despide
de algo mágico, que jamás volvería,
quiera el señor de mis heridas
hoy asido a mis crudas realidades
saber hasta donde esfrocé mis cuantías
y hasta donde lo hizo quien hasta ayer me quería,
porque de repente harto de las causalidades,
de tanto dar y recibir bofetadas,
creo que he muerto en esa mirada
que altiva rehuye a estas sensibilidades,
como he de explicarle a mis otras visiones
que el amor que tengo sin dar, convulsiona
encerrándose de nuevo, sin tales sensaciones
y en una terapia intensiva...se desploma.