Qué dulce eres cuando dices tómame la mano
mirándome los ojos e invitándome a caminar,
cuanta pureza tiene tu semblante tan diáfano,
con dulzura ideas tonada y me invita a cantar.
Te respondo caminemos y te beso en la frente,
tu cuerpo tan cerca y tus labios apetece a beso.
Cada momento son escenas de tu amor inocente
es la gloria terrena donde en vida estoy inmerso.
Me hablas me distraes para no caernos en rutina,
mi niña tierna tiene gracia, e inteligencia de mujer
de dialogo interesante que te hace aún más fina,
me sorprende tu conversación adulta y tu parecer.
Cada día cada expedición es, un estreno a la vida,
siento tu amor y tú también sientes que te amo.
Eres tan femenina pero a pesar te muestra aguerrida,
cuánta seguridad das, para andar la senda de la mano.
Autor: Alcibíades Noceda Medina