-¿Te imaginas, dulce niña, la “libertad”
suspendida y vacía en el frío vacío?,
¿sin Tierra que apoye tu andar decidido?,
¿sin Cielo que se abra tras la tempestad?,
¿sin Aire que empuje a un digno destino?,
¿sin Alas que venzan la grave gravedad?,
¿sin Fuego en las estrellas de tu camino?-.
-Pues
así de “libre” es, niña, el “amor libre”:
sentidos despojados de sentido,
la pasión libre de timón que guíe,
caricias despojadas de cariño,
jadeos libres de suspiros que alivien,
miradas despojadas de su brillo-.
-¿Quieres, mi niña, que aún siga?-.- Sí, sigue-
-Pues
líbrate de llenarte el corazón entero,
líbrate de apoyarte en un hombro firme,
líbrate de consolarte en un suave Cielo…-
-Sigue, sigue-
Pues
libra de su impulso a tu digno destino
libra de sus alas a tu sueño más vivo
libra de luz al lucero de tu camino…-
-Sigue, sigue-
Líbrate de todo
Y serás del todo
“libre”
Libra al “amor”
hasta de amor
y serás “libre”
del todo.
Y el Amor
de toda tu “libertad”
se habrá librado.