Es que aún no encuentro la forma de enjaular mis pensamientos.
Es demasiado difícil seguir el paso de la perfección
Bailar pegado a la utopía de mis propios sueños dificulta enormemente mi marcha.
Es que el camino se esconde tras la niebla, y tropiezo una y otra vez con mis errores.
Me atormenta desde la orilla la figura del presente, un presente que se escapa de mis manos, que se hunde en carcajadas lastimosas sabiendo de mi miedo al fracaso.
Es el camino a la cima tan difícil; cuando por cima me refiero a una vida completa, esa que al reposar tu cabeza en la almohada desconoce de voces que recuerden tus equivocaciones, que remarquen tus flaquezas.
Es tan difícil caminar con una cabeza que habla por si sola y pretende invadirte de supuestos, de imágenes, ilusiones y alucinaciones… y pensar que no estoy loco, o por lo menos no desentono en el día a día, en lo cotidiano; será porque el susurro sólo llega a mis oídos, y esas palabras las retengo en mi mente… por ahora.
Una odisea llevarse bien consigo mismo; cuando uno mismo se divide en uno que calla y uno que piensa, y en pequeñas dosis uno al otro se matan.
AJT