"VEN, AMADA MIA"
Hiéreme esta pena mía
como un puñal afilado;
hiéreme pecho y costado
de tanta melancolía.
Me hiere, amor, a porfía
tu ausencia y ya se resiente
mi corazón indigente
que añora tu compañía.
Hiéreme la noche fría
y a mi reposo le nacen
mil alas que se deshacen
en cuanto nace otro día.
Y este dolor y esta pena
y esta ansiedad y esta angustia
que a mi alma la tornan mustia,
son mi comida y mi cena.
Mis lágrimas son constantes
penas de polvo y de viento,
pedazos de sentimiento,
suspiros agonizantes.
¡Ay, esos goces amantes
de tu calor en mis venas!
¡Ay, cómo me causan penas
porque ya no son como antes!
Que me hieran tus palabras
y me lastimen tus dichos,
que con tus hoscos caprichos
mil nuevas heridas abras;
pero...ven, amada mía;
que se desborden tus besos
y en mí tus hechizos presos
destruyan mi noche fría.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)