ME QUEDARÍA DORMIDO

Hay días que no quisiera despertar… Me quedaría dormido hasta un tiempo infinito y dejaría que al vacío inerte de mi vida lo llenaran de sentido, de alegría, de lo que apenas queda ya.

Porque, ¿qué sentido tiene esta vida mía tan desierta, tan carente de cosas importantes? ¿Qué sentido tiene conocer a alguien tan distinta a mí para hacernos tanto daño mutuamente en lugar de vivir nuestro amor con intensidad?

¿Por qué eres tan cobarde? –me digo últimamente–. Tú, que presumes de tantas cosas y de tantas carencias a la vez. Tú, que en tus silencios te sientes tan pequeño, tan desorientado y tan solo. Transmitiendo una realidad efímera, presumiendo de honestidad y mintiendo a todo el mundo de esa realidad que ocultas… Odias tu vida, la detestas, pero alguien lanzó unos dados y no tienes más huevos que vivirla.

Hacía tiempo que no derramaba tantas lágrimas, pero es que siento una profunda tristeza galopando en mi interior, porque todo ha sido tan inútil, tan en vano, tan decepcionante en mi vida, que creo que nací así, con el don de evadirme fácilmente de la maldita realidad, esa que destroza tantos sueños de hombres tan frágiles como yo para no sufrir tanto las decepciones.

Estoy tan cansado, tan hastiado de todo, que si no fuera tan cobarde emularía a algunos de mis ídolos y me marcharía de este mundo sin molestar, sin hacer ruido, con tal de no sufrir más esta puta y maldita soledad…