Himno de liberación.

¡Oh dios mío! ¡He pecado!

Perdón por cuestionarme el sentido de la vida,

Que con miedo y compasión en mi corazón has cultivado,

¿Acaso solo existo para permanecer en mi crisálida?

Por milenios te he adorado y bendecido

Saciándote de grandeza, que por lo que percibo

Tú has despreciado,

¿Acaso ha de considerarte un mal agradecido?

He permanecido dócil y siempre te he obedecido

Esperando que algún día me liberes de mis pesares,

Pues no tengo el valor de enfrentar tu cólera divina

¿Qué por una simple pregunta arderé en el infierno?

¡Por favor! ¡Ten misericordia de mí y mis hermanos!

Que cansados de tu esclavitud

Nos hemos revelado

¿O tú quieres actuar como los que a tu hijo han crucificado?