Todo está como estaba entonces,
nada ha cambiado,
el mundo sigue imperturbable su marcha
y yo hundida en mis sueños vago por esas calles,
por esas playas, por esos lugares
tan llenos de ti que encierran tus recuerdos.
Todo está como estaba entonces,
nada ha cambiado,
el horizonte es el mismo,
lo que dicen esas brisas ya otras veces me lo han dicho.
Ondas y murmullos son mis viejos conocidos,
confidentes del secreto de mi amor perdido.
Bajo este cielo que a lo lejos se une con el mar,
largas horas he pasado a solas con mis delirios, pensando.
Qué triste estaba la tarde la última vez que nos vimos.
Amor querido y ardiente,
mientras la noche asoma
tu recuerdo vibra en mi mente.