Te recuerdo aunque no estés conmigo,
conmigo permaneces cada instante,
me pregunto por qué no estoy contigo,
contigo mi alma se siente brillante.
Tu lejano amor lo siento incrustrado,
en el inmenso interior de mi cuerpo,
cada día que pasa me siento más amado,
amado por tí, padre, aunque estés muerto.
Tus palabras me alimentan a diario,
y tu imagen se refleja en mi vista,
tu enseñanza es mi vocabulario,
mi vocabulario es ser optimista.
Tus sabios consejos son mi sombra,
la sombra de mi eterna enseñanza,
mi enseñanza descansa sobre una alfombra,
que fue tejida con mi fe y mi esperanza.
La esperanza de que vuelvas a mí,
de finalizar nuestro amargo adiós,
de poder sentirme abrazado a tí,
y poder darle las gracias a Dios.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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