NUESTRO NIDO DE AMOR

En nuestro nido de amor, dos almas entrelazadas,

bajo el cielo estrellado, viven mil emociones desatadas,

susurran las hojas, cómplices de nuestro amor eterno,

mientras el río cercano canta su dulce y suave invierno.

El sol, testigo fiel de nuestro idilio en cada amanecer,

pinta de colores cálidos las promesas que hemos de hacer,

y en el crepúsculo dorado, enlazados como un lienzo,

tejiendo sueños, vamos juntos, sin temor y sin tropiezo.

Nuestro nido de amor, en la montaña escondido,

refugio de pasiones, donde el tiempo queda dormido,

allí donde nuestras risas se entrelazan con el viento,

y nuestras lágrimas se secan con abrazos sin tormento.

Juntos, enfrentamos tempestades, sin miedo a naufragar,

porque en este nido de amor, nada nos puede separar,

cada adversidad se convierte en un lazo más fuerte,

forjando una unión que en cada prueba se convierte.

En las noches de luna llena, danzamos al compás del universo,

tejiendo versos de amor con el brillo de un eterno verso,

cada estrella en el firmamento, como un destello de esperanza,

guiando nuestros pasos por esta mágica y dulce danza.

En nuestro nido de amor, los sueños tienen alas,

volamos juntos en la imaginación, sin fronteras, sin escalas,

y cuando llegue el ocaso, y el día toque su fin,

descansaremos en este refugio, en el rincón donde florece el jazmín.

Nuestro nido de amor, tesoro de encuentros y miradas,

en él encontramos la paz, la pasión, las risas soñadas,

cada instante compartido, un pétalo en el jardín de la vida,

nuestro nido de amor, un edén donde el amor es bienvenida.

Así seguimos nuestro camino, entrelazados en amor sin fin,

protegiendo nuestro nido, construido con amor y carmín,

y cuando llegue la vejez y el tiempo nos arrugue la piel,

nuestro nido de amor será siempre nuestro refugio fiel.

Autor: Ángel R. Anaya Puerta

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