Tomarás a una Extraña

Tomarás a una extraña,
guiado en un principio
tan sólo por algún rasgo
meramente exterior:
una dulce sonrisa,
una cierta mirada,
una forma, un vestido,
su modo de andar;
una voz melodiosa
ó un arreglo en el pelo,
el suave aroma
de un perfume o, tal vez,
una simple corazonada
que te acerque a su senda
y te impulse a tratarla,
movido por la esperanza
de haber encontrado
por fin "el Amor".
Tomarás a una extraña
y darás principio
a un camino de prueba
en que el juego del tiempo
te hará conocerla
cada vez mejor:
aprenderás así
a no creer en su aspecto,
a conocer sus defectos
y su forma de ser.
Descubrirás,
sin gran sorpresa de tu parte,
que no es tan hermosa,
ni tan inteligente,
ni son sus virtudes
tan relevantes
y, no obstante,--
ya habrá comenzado
a brotar, en el fondo,
una débil flama indefinible
que te hará seguir adelante,
intuyendo que es "ella"
y ninguna otra mas.
Tomarás a una extraña
mediante un juramento
de frente a un altar.
Dará así comienzo
para ti una vida nueva
y totalmente distinta
a todo lo vivido
hasta ese día.
Aprenderás entonces
que todo es diferente
a lo que habías soñado:
tan inesperado,
tan rico en color,
y se habrá iniciado
una etapa en tu vida
en la que el "nosotros"
irá substituyendo
gradualmente al "yo".
Tomarás a una extraña
y la irás conociendo
de prisa, sin treguas,
(como realmente es)
en el diario convivir;
hallarás entonces
que no es como piensas,
ni lo que esperabas,
pero que, aun siendo distinta,
¡tiene un gran valor!
Miles de momentos
juntos, compartidos,
detalles pequeños,
penas, sacrificios,
aun las diferencias
(hoy ya comprobadas)
del modo de ser
habrán dado fruto
en una unión estrecha,
muy por encima
de todas las palabras
y las descripciones,
y las esperanzas;
y un amor distinto,
nunca imaginado,
anidará en tu pecho
con firme presencia
y se irá extendiendo,
al paso de los años,
por todo tu ser
hasta poseerte
todo, ¡por entero!
habrás conocido
al fin el verdadero
sentido que tiene
el término: "querer".
Tomarás a una extraña,
y te dará a tus hijos,
y desilusiones,
y momentos de gloria
que no habías pedido;
y llegará un tiempo
en el que ya no concibas la vida
si no es a su lado,
vivida "para ella".
Darás gracias al Cielo
por haberla hallado
y recordarás, conmovido,
los años vividos
en su compañía
y el cambio constante
que en ti se ha operado
desde que se unieron
en un cierto "ayer".
Tomarás a una extraña
y cambiarán tu mundo
y tus pensamientos;
te hallarás distinto
del que fuiste antes,
al principio;
cambiará el "nosotros"
por un "tú primero"
y ella le habrá dado
un sentido a tu vida,
llenando tus noches
y arando tus campos;
dejando en tus manos
aroma de rosas:
tesoros que el tiempo
en tu alma ha acumulado
con cada momento
y cada amanecer.
Llegarás un día
al final de la senda
sereno, tranquilo,
feliz- y cansado,
recordando a la extraña
que te dio su ser
y compartió tu vida
hasta su mismo ocaso;
Tomarás a una extraña
que, muy poco a poco,
durante el camino,
ha dejado de serlo
para convertirse
en la dueña de tu alma,
motivo de vida,
¡tu sol!, ¡tu objetivo!,
tu prenda querida,
¡TU AMOR!- ¡TU MUJER!-
Eduardo Ritter Bonilla.